Joly, Maurice. Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu.


El contenido se consultó en el Libro Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu.


1.      ¿Quién fue Maurice Joly?

-        Nació en Lons-le-Saunier en 1829.

-        En 1859 entra al Colegio de Abogados y posteriormente fue secretario de Jules Grévy, con quien no tardó en reñir.

-        Abogado ante los tribunales de París.

-        Rebelde que se fugó de cinco colegios en su juventud.

-        Opositor ante todos los regímenes.

-        Tuvo un sinnúmero de enemigos y algunos admiradores.

-        Un autor mordaz que orientó sus críticas a Napoleón III, Víctor Hugo, Gambetta, Jules Grévy y a él mismo.

-        Arrestado y encarcelado por sus escritos políticos.

-        Los defensores del imperio lo atacaban y para los republicanos, lejos de ser un mártir glorioso, constituía un estorbo.[1]

-        Funda un periódico jurídico “Le Palais” que desaparece después del duelo que Joly sostiene con su principal colaborador Edouard Lajarriere.[2]

-        Se declaraba “social” y “revolucionario” pero rechazaba <<indómita y netamente, sin rodeos>> el comunismo.[3]

-        En 1872 los hermanos Péreire le ofrecieron un puesto de jerarquía en su periódico “La Liberté”

-        Pobre, enfermo el 17 de julio de 1887 se suicidó con una bala de revólver en la cabeza.

-        “Tal vez sus obras hubieran sido definitivamente olvidadas…si un ejemplar del Diálogo en el Infierno, que escapara a la policía de Napoleón III, no hubiese caído en manos del falsario redactor de los Protocolos de los Sabios de Sión, donde exponen los presuntos planes secretos de la dominación mundial, concebidos por los dirigentes de la Alianza Israelita Internacional”.[4]

-        Fue Graves, corresponsal de Times en Constatinopla, quien se percató de la similitud que existía entre el documento ruso, publicado por Nilus y Boutmi y el Diálogo de Joly, entre los supuestos Protocolos de los Sabios de Sión[5]

-        “…Maurice Joly describió la perversión autocrática de la democracia no como una teoría general, sino como un concreto ataque a Napoleón III, el cual encarna en la práctica histórica las doctrinas que Maquiavelo expone… [6]

 

2.      ¿Cuáles fueron sus obras?

-        1863: Le Barreau de París, études politiques et littéraires

-        1865:César (ataque a Napoleón III).

-        Diálogo en el Infierno (posiblemente publicados entre 1897 o 1898[7]). Redescubierto por Graves en Constantinopla en 1921.

-        Los hambrientos.

-        Entre otras…

 

3.      ¿De qué trata el libro?

 

·       “Hablan sobre la organización política de los pueblos, tema que les apasionó más en toda sus vidas.

·       El florentino encarna la pura líbido dominante, la pasión de mando que sería brutal si no necesitase ser astuta y razonante.

·       El barón francés representa la tendencia igualitaria y antiabsolutista del siglo ilustrado en que se realizó la gran revolución moderna.

·       Montesquieu, progresista, da por liquidada la era despótica de la creación social y por seguro el ahondamiento gradual de la ya efectiva democracia.

·       Maquiavelo, convencido de la inmutabilidad esencial de la condición política del hombre, ve en el nuevo sistema de legitimación un instrumento que, lejos de abolir el despotismo, permitirá refinarlo.

·       “El fondo del pensamiento político del Maquiavelo de Joly puede expresarse con pocas palabras: El hombre experimenta mayor atracción por el mal que por el bien; el temor y la fuerza tienen mayor imperio sobre él que la razón. (…).

-        Todos los hombres aspiran al dominio y ninguno renunciaría a la opresión si pudiera ejercerla. Todos o casi todos están dispuestos a sacrificar los derechos de los demás por sus intereses”…

-        Lo único que mantiene a raya a los hombre en la sociedad es la fuerza; también es la fuerza lo que sustenta la jerarquía y los organiza; la fuerza origina el derecho y la ley no es sino fuerza codificada…

-        Se trata pues de mandar o ser mandado, de hacerse con el dominio y ejercerlo sin contemplaciones antes de que otro lo vuelva contra nosotros. Portándonos así no seremos peores que los demás, sino más audaces; y no traicionaremos la esencia de la sociabilidad humana, sino la cumpliremos: en último término, a falta de mando real sobre los otros, la mayoría de la gente agradece una autoridad fuerte y temible que garantice su rígida estabilidad al cosmos social.

·       “…Montesquieu protesta ante semejantes criterios: él ha dedicado por lo visto su astucia en la ultratumba a la meditación de Rousseau y Diderot.

·       …Para el francés, lo que los hombres buscan en la sociedad es el desarrollo pacífico y libre de sus posibilidades naturales; las instituciones políticas deben ser plasmaciones no de la fuerza, sino de la virtud.

·       …El arte de la política no es una prolongación de la guerra por otros medios, sino una derivación societaria d ela moral.

·       …El príncipe no puede comportarse con sus súbditos de una manera indigna o brutal impunemente, pues tratar a los hombres como fieras termina por convertirlos realmente en fieras y el orden social no resiste la ferocidad generalizada. Además, los hombres de nuestros días ya han alcanzado la institucionalización política d ela libertad y no han de estar dispuesto a renunciar a ella.[8]

·       Maquiavelo afirma: “La libertad política es sólo una idea relativa; la necesidad de vivir es lo dominante en los Estados como en los individuos.

·       …la necesidad de vivir es lo que cuenta, lo otro, la libertad política, pretende ilusoriamente imponerse a la vida regia por la necesidad. Los pueblos viven en la necesidad y la libertad es un lujo que no pueden permitirse realmente, aunque por compensación pueden gratificarse con ella de modo alucinatorio.

·       Montesquieu supone que la libertad y sus creaciones institucionales son la verdad racional –humana- de la necesidad.

·       Maquiavelo sostiene que la necesidad  es la verdad que en lo humano la razón revela, aunque sueños religiosos o anhelos románticos (quizá no desinteresados) pretendan disimularla con los vapores prestigiosos de la libertad…[9]

·       Maquiavelo se propone demostrar a Montesquieu que el instrumental político de la democracia es tan apto como cualquier otro para vehicular el despotismo y mejor que todos los otros para legitimarlo.

·       En el diálogo, Maquiavelo habla de que la creación de derechos “…para la masa popular, incapacitada como está de utilizarlos, permanecerán eternamente en el estado de meras facultades. Tales derechos, cuyo goce ideal la ley les reconoce, y cuyo ejercicio real les niega la necesidad, no son para ellos otra cosa que una amarga ironía del destino…

·       Dice Maquiavelo que algún día el pueblo comenzará a odiar dichos derechos y “…él mismo se encargará de destruirlos, para entregarse al despotismo.”

·       …las clases inferiores no ansían hacerse con el poder por amor a la libertad en sí misma, sino para arrebatar sus riquezas a los poderosos y proporcionarse los placeres que envidian. Lo que el resentimiento materialista odia de la injusticia y la explotación no es el hecho en sí, sino que se le excluya o margine a la hora del reparto…

·       …La propuesta de Maquiavelo es absolutizar la superficie democrática para mejor pervertir su fondo; substraer el contenido de las instituciones y fórmulas antidespóticas para substituirlo por  la médula misma del despotismo, esto es: temor, avaricia y sumisión impúdica ante la fuerza.

·       Sobre la soberanía popular “…Maquiavelo dice de ella que es “un nuevo principio capaz de descomponer las diversas instituciones con la rapidez del rayo” y añade: “La soberanía popular es destructiva de cualquier estabilidad y consagra para siempre el derecho a la revolución. Coloca a las sociedades en guerra abierta con cualquier poder hasta con Dios”.

·       Montesquieu coincide y dice; “La soberanía del poder humano responde a una idea profundamente subversiva, la soberanía del derecho humano; ha sido esta doctrina materialista y atea la que ha precipitado a la Revolución frnacesa en un baño de sangre, la que le ha infligido el oprobio del despotismo después del delirio de la independencia. No es exacto decir que las naciones son dueñas absolutas de sus destinos, pues su amo supremo es Dios mismo, y jamás serán ajenas a su potestad. Si poseyeran la soberanía absoluta, serían omnipotentes, aún contra la justicia eterna y hasta contra Dios…

·       Ambos rivales coinciden en la soberanía popular; “ perpetuamente subversiva, justificadora permanente de la revolución, enemiga de todo poder constituido y hasta de la separación bipostática del poder mismo, es decir, de Dios…[10]



[1] Joly, Maurice. Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu. México, Muchnik Editores – Colofón, primera reimpresión 2011, pág. X.

[2] Op. Cit., pág., X.

[3] Ibídem, pág., X.

[4] Ibídem, pág., XI.

[5] Ibídem, pág., XI.

[6] Ibídem, pág. XVII.

[7] Ibídem, pág., XIV.

[8] Ibídem, pág. XIX.

[9] Ibídem, pág. XX.

[10] Ibídem, pág. XXIII.





Comentarios

Destacados

Kybalión, opinión del libro

Objetividad y racionalidad del conocimiento científico