Régimen político, ¿qué es?

Régimen político

 Bobbio define el régimen político como "el conjunto de las instituciones que regulan la lucha por el poder y el ejercicio del poder y de los valores que animan la vida de tales instituciones."[1]

Así tenemos que las instituciones políticas constituyen la estructura organizativa del poder político, que selecciona a la clase gobernante y la función de los mismos.

Una institución se puede definir como el establecimiento o fundación de una cosa. Es decir, una cosa establecida o fundada. En ese sentido cuando hablamos de instituciones  políticas nos referimos a  organizaciones de un estado que están establecidas o fundadas, por ejemplo: la república, la monarquía, el feudalismo, la democracia, etc., que  a la vez constituyen un régimen político.

El régimen político siempre se refiere a una estructura global de la realidad política, obviamente incluye a toda la estructura institucional e ideológica de una forma de gobierno. Cualquier forma de organización de un gobierno es un régimen político, aunque cabe mencionar que el concepto de régimen político no es igual al concepto de forma de gobierno. Este último designa la forma concreta de organización de un régimen, de modo que han surgido y estudiado  distintas tipologías de regímenes políticos, como por ejemplo: la monarquía (el gobierno de uno solo); la aristocracia (el gobierno de pocos); la democracia (el gobierno de todos); etc. Aún así, "el criterio sobre el que se funda esta clasificación (el número de los gobernantes) es totalmente inadecuado para captar en su esencia la variedad de los regímenes políticos.

 El criterio pertinente que permite destacar los caracteres esenciales de los regímenes políticos e indicar sus tipos fundamentales está representado por la forma de la lucha política. Las diferencias entre los diversos tipos de régimen son imputadas en consecuencia a los diversos modos de conquistar y mantener el poder, los cuales dependen de las condiciones sociales y políticas de la lucha por el poder".[2]

 Para Burdeau[3] el régimen político de un Estado se caracteriza formalmente, por la disposición de los mecanismos constitucionales, y material, por la subsistencia de la idea de derecho que inspira su funcionamiento. La idea de derecho consiste en la representación de la organización social que supone un cierto número de normas.

 Por otro lado, puede decirse que la sede efectiva del poder es el sistema de partidos; por tanto, la configuración del régimen dependerá del modo en que éstos se interrelacionen. Duverger[4] señala que el tipo de sistema de partidos es más importante para definir un régimen político que el diseño constitucional que a menudo se toma como preferencia. Sin embargo, la relación de complementariedad existe entre concepciones y mecanismos constitucionales y sistema de partidos, de modo que la  explicación de régimen se enriquece con la incorporación de ambos criterios.

En efecto, los regímenes políticos son formas de vivir diferente de acuerdo a la forma muy particular de gobernar. También puede definírsele como “el conjunto de normas, reglas de procedimientos y estructura de obediencia que equivale a mecanismos formalizados que sirven para la resolución pacífica de los conflictos. Por esa razón también abarca a las ideologías, creencias, valores o principios dominantes o en competencia que influyen en las reglas del juego o en los procedimientos y en las estructuras de autoridad”.[5]



[1] BOBBIO, Norberto. Op. cit., p. 1362.

[2] Ibidem, p. 1363.

[3] BURDEAU, Jeorges. Op. cit., pp. 23-24.

[4] DUVERGER, Maurice. Los partidos políticos. México. Ed. FCE, 1984, p. 419.

[5] Citado por: ESPINOZA TOLEDO, Ricardo. “Superpresidencialismo y régimen presidencial en México”; en MERINO, Mauricio (coordinador). La ciencia política en México. México, D.F., Ed. FCE, 1999, p. 56.




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